¡Disculpad mi osadía!


La fortaleza de la soledad.
'Ya sabes a lo que me refiero...medianoche, un camino frío y solitario en el bosque, la inquietante oscuridad y en ella un par de grandes ojos brillantes sobre un árbol muerto que la niebla abraza, desde allí se puede escuchar un tétrico y breve sonido grave antes de que un búho tome vuelo.'

sábado, 22 de noviembre de 2014

Éxtasis, o algo así.

He dado más de sí,
he hecho por encima de mis posibilidades,
he arriesgado por algo que ya estaba perdido.
He rozado mi límite.
Y el tuyo.
Y he caído.
Y me he vaciado.

He vencido a mis miedos para ahogarme hoy con ellos.
He luchado contra mis complejos para hacernos cicatriz.

Había destapado todos los vicios
para emborracharnos de ganas
y empotrarnos contra la pared,
las secuelas.

Me he inundado en indiferencia
y he cargado el alma de nostalgia.

Si apareces, disparo.

Me he vestido de rencor
y cuando hace frío me pongo un poco de odio.
Ojalá que un día llueva tanto
que escupa flemas
y explote de escarcha.

Tus malas intenciones me han calado tanto que
estoy hinchada de mentiras,
me sobran las doble caras,
ya no encuentro las ganas,
y me falto yo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Escupitajo número no sé cual a ruina no sé quién.


La historia ya estaba escrita desde antaño. 
La Luna ya era testigo de aquellos cuentos chinos, 
de aquellas mentiras bajo las sábanas, 
de aquellos demonios debajo de la cama, 
de aquella huella de tu sonrisa.

El guión había cicatrizado a aquellos besos que jamás se volvieron a dar 
y desnudaron tantos miedos, 
y a aquellos vicios que hicieron hielo su corazón.

Capítulos escritos con tinta de borrar porque había corazas pintadas en su pecho
y batallas dibujadas en su espalda.

Que aquel cuento se remontaba a peores guerras que las de la Antigua Grecia. 

Que había vacíos más vacíos que aquella mirada perdida cuando te veía marchar,
y no te ibas, 
y te quedabas.
Pero seguías sin estar.