¡Disculpad mi osadía!


La fortaleza de la soledad.
'Ya sabes a lo que me refiero...medianoche, un camino frío y solitario en el bosque, la inquietante oscuridad y en ella un par de grandes ojos brillantes sobre un árbol muerto que la niebla abraza, desde allí se puede escuchar un tétrico y breve sonido grave antes de que un búho tome vuelo.'

sábado, 13 de diciembre de 2014

Carta número no sé cuál a si sé quién.


Hoy quiero contarte la historia de cómo nuestra historia sólo fue mía.

Sólo me faltaron dos noches; 
una contigo, y una contigo sin ropa.

Sólo me sobraba una persona, yo. 
Contigo y contigo, ya éramos multitud.


Echar de menos.
Eso hago, me echo de menos.

Todas las noches que te sueño,
como casi todos los días que paso por parques dónde éramos una historia.
Hoy sólo mía.

Porque lo juro, lo intento, pero no te olvido.
Sin saber, que para olvidarte, tengo que querer olvidarte.
Y no quiero. 
Pero no te quiero.

Besos, que me quedaron por darte
y que decirte.
Y ya no quiero versar
a nadie que no seas tú.
Y no quiero que seas tú. Nunca.
Ni yo.

Mi yo de ti se fue sin ti el día que fuiste todo
y yo fui nada.
Y ya no somos nada. Ni nadie.
Ni recuerdos,
ni un final no escrito.
Pero te sigo escribiendo en mi cabeza,
y pesas. Pesas mucho, tanto que calas los huesos
y formas escarcha
congelada y oxidada.
Y por beso mismo, ya no quiero pensar,
ni follarte,
mucho menos escribirte.

Aunque me pido perdón por adelantado si lo vuelvo a hacer.

Cada vez que pase por tu portal,
y recuerde,
que una vez estuve allí.
Esperando a irme, porque irme siempre fue más fácil que,
que te fueras.
Pero nunca te vayas.


Carta número no sé cuál a si sé quién.
Querido tú,
con cariño, yo.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Éxtasis, o algo así.

He dado más de sí,
he hecho por encima de mis posibilidades,
he arriesgado por algo que ya estaba perdido.
He rozado mi límite.
Y el tuyo.
Y he caído.
Y me he vaciado.

He vencido a mis miedos para ahogarme hoy con ellos.
He luchado contra mis complejos para hacernos cicatriz.

Había destapado todos los vicios
para emborracharnos de ganas
y empotrarnos contra la pared,
las secuelas.

Me he inundado en indiferencia
y he cargado el alma de nostalgia.

Si apareces, disparo.

Me he vestido de rencor
y cuando hace frío me pongo un poco de odio.
Ojalá que un día llueva tanto
que escupa flemas
y explote de escarcha.

Tus malas intenciones me han calado tanto que
estoy hinchada de mentiras,
me sobran las doble caras,
ya no encuentro las ganas,
y me falto yo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Escupitajo número no sé cual a ruina no sé quién.


La historia ya estaba escrita desde antaño. 
La Luna ya era testigo de aquellos cuentos chinos, 
de aquellas mentiras bajo las sábanas, 
de aquellos demonios debajo de la cama, 
de aquella huella de tu sonrisa.

El guión había cicatrizado a aquellos besos que jamás se volvieron a dar 
y desnudaron tantos miedos, 
y a aquellos vicios que hicieron hielo su corazón.

Capítulos escritos con tinta de borrar porque había corazas pintadas en su pecho
y batallas dibujadas en su espalda.

Que aquel cuento se remontaba a peores guerras que las de la Antigua Grecia. 

Que había vacíos más vacíos que aquella mirada perdida cuando te veía marchar,
y no te ibas, 
y te quedabas.
Pero seguías sin estar.


lunes, 13 de octubre de 2014

Una cabeza de pájaros.

Si que os mentí en algo.
También me gustan las personas tóxicas aunque eso es algo que nunca voy a admitir.

Me gustan, porque necesito que lo sean conmigo, ¿sabes? 
De esas que cuando te vean llorar, os miréis en el espejo, que le comas la sonrisa y él pruebe tus grietas saladas, que te abrace por la espalda y te haga temblar.

Yo quiero a una de esas personas que te deje escupir letras y te abrace fuerte. Una de esas que comience una guerra de almohadas, y termine con una paz de cosquillas. 

Que yo quiero una de esas personas que estremezcan mi cuello, besen mi nuca, y alcen mis pelos de punta. 
También quiero a esa persona que me tire del pelo si me besa, o que me calle las putas dudas, o que me folle los miedos, ¿me explico?

Yo quiero a esa persona que se despierte y me abrace las pesadillas porque sudo en sueños, que quiero que se duerma con una mano en mi pecho y otra en mi coño, que quiero que me desvista y nos hagamos en la mesa, en el sofá, en el suelo o sobre la pista. 

Que también quiero esa persona que me bese bajo la lluvia, o que me lleve a pisar charcos, o cruzar semáforos en verde, o a bañarnos en fuentes... 

En definitiva, quiero a esa persona que se coma su mierda por mí, que se enamore de mis manías, que le encanten mis defectos, que nos follemos los vicios, que nos hagamos droga. 
Quiero a esa persona que entienda mi inconformismo, y le chifle mi puto dramatismo...

Quiero dejar de ser la persona que pone el brazo, que da más de sí, que recorre su vida en trenes para verle a él. 

Quiero a esa persona que me quiera bien, quiero a esa que les guarde sitio a mis fantasmas, que haga mis rarezas suyas, y quiero que seas esa persona que me preste su desastre y me haga de su caos. 

Quiero a esa persona valiente
con pinta de toxica, 
y quiero que seas 
mi naufragio favorito, 
mi abismo y el vértigo de perderme a la altura de tus pupilas. 

martes, 7 de octubre de 2014

De corazón a coraza.

Aparte de ser la chica que le encanta pasear por casa en bragas, 
también es la chica que le gusta vestir ropa ancha. 
Aunque casi nunca lo haga.

Más ancho viste el corazón que ya no le cabe ni una grieta más. 
Que se rompió sobre roto y ya no hay quién se atreva a enamorarse de sus añicos de cristal. 
Con pintitas de acidez, paladar amargo. De color negro, sabor cicatriz.

Y así va, de un extremo a otro, 
de querer a conciencia a querer sin querer. 
Del pelo muy revuelto, 
a la sonrisa muy recogida. 
Del mucho brillo en los ojos a las más que notables ojeras.

Ella pasa de vivir en un terrible caos, 
a poner el máximo orden dentro de él.

Y así, va de un extremo a otro, sin importarle qué.

Lo único que ella conserva es el rojo de sus labios. 
Y da igual si está triste o vacía, 
menos triste, o sólo está tratando de vivir, inventándose la sonrisa. 

Eso es lo que más me gusta de ella. Que el rojo siempre le queda bien.
Hasta cuando piensa que debe ponérselo porque un día, alguien, vendrá a quitárselo.
Y a comerle lo que queda de coraza. Y a besar sus cicatrices, y a abrazar sus pesadillas.

Ella sonríe porque un día va a inventar su propio 'sexo de la risa'. 
Y respirar su inercia será su única debilidad.

lunes, 6 de octubre de 2014

Cuando la lógica no tiene lógica, y el frío no tiene abrigo.

Siempre he sido más del Invierno.
Las tormentas, los cielos grises. Subir a la azotea a mojarme los pies, o mirar por la ventana las gotas caer. 

Siempre he sido más del frío porque me gustaba bailar con tu cintura, sanar las grietas de tus labios. De dar besos en la nuca y ver tus pelos de punta. Siempre he sido más de escalofríos, del mal roce y de temblar. 
Aunque sólo me miraras.
Y no me vieras.

Que siempre me ha gustado más dormir en bragas, la esencia está en echarse el edredón. Aunque esto no haría falta si se enredaran nuestras piernas, y cada noche, que la Luna observase por las mirillas nuestras ganas.

Que siempre me ha gustado más los 'vamos a no ver una peli' entre mantas, y los 'mejor no llevamos paraguas'.
Siempre he sido más de los abrazos sin venir a cuento, de las sudaderas grandes, y de los besos robados. De los 'te quiero' a cuatro patas, y los 'sonríe' a la cara.

El frío me asusta cuando me acogen los besos vacíos.

Que soy más de verano, de esos de sudarnos en la habitación. Tirarnos del pelo mientras no besamos. Más de bebernos la sed y quitarnos el aliento.
Aguanto bien el calor porque crecí con mis demonios, vivo entre fantasmas y muero en tu infierno.

Siempre he sido más de Invierno, pero sé aguantar mejor el calor.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Besos en blanco y negro.

Cuántas noches más hacen falta para que vengas, 

cuántas para dejar de dormir en bragas y no dormir encima de ti. 

Cuántas noches voy a tener que deshacer las sábanas 
para que parezca que has estado aquí. 
Cuántas para perforar esta ausencia. 

Cuántas noches voy a tener que soportar este vacío, y cuántas que te metas en mi cabeza sin permiso. 

Cuántas noches voy a soñar que te sueño, 
y que me despierto 
y me besayunas, 
o me comes el coño, que viene siendo lo mismo. 

Cuántas voy a imaginar que nos hacemos 
y deshacemos a nuestro paso. 

Cuántas noches más voy a desvelarme porque tengo pesadillas 
y no hay nadie quien me las abrace.

Yo ya voy por quinientas y media cuenta perdida de noches por olvidarte, 
y tú sigues aquí, estando sin estar,
más escalofrío entre piel que nunca. 
Más poesía entre las piernas que siempre.

domingo, 21 de septiembre de 2014

En la simbiosis de su pelo.


Lleva gramitos de ira, por cada poro de piel expulsa soledad. Tiene que resguardarse del frío y controlar impulsos. Llega a tener los nudillos muy blancos y los labios muy rojos. El corazón muy roto y la mente muy gris. Ya no hay domingos, le cuelga la sonrisa cualquier día. Sobrevive de escalofríos, y se inventa respirar. Ya no quiere a nadie en el lado izquierdo, ni debajo de la cama, ni escalando la ventana, ni detrás de la puerta, ni esperando en el porche, ni en la estación. 

(Quiere verdad, caricias suicidas, mordidas con afecto, besos nuevos, personas de verdad, impulsos bonitos, una realidad.)

Y de momento no se rinde, para a tiempo. Sabe que es más sano soñar sola, aunque nadie despierte para abrazar sus pesadillas, ni acaricie su espalda desnuda. 
Ella después de haberse perdido después de estar perdida. 


Ella quiere ser ella sin ellos, con vacíos y cicatrices.

domingo, 31 de agosto de 2014

Huracán.

Ella era diferente a todas las demás. 
Desde el momento en que no era amante de los animales ya supo que iba a ser diferente. Y rara, muy rara.

Ella rompía sus propios esquemas. 
Le gustaba salir pero no relacionarse. A ella le gustaba reír, pero no mostrar caras falsas. Le gustaba bailar, pero no tenía a quién impresionar.

Ella era la chica tímida, la chica solitaria. La torpe, la más reservada, la que escuchaba música rara. Pero no, no es que escuchara música extraña... sino que le daba vida a sus oídos, y a sus emociones. No seguía las modas. Ella era... ella.

Ella rompía el prototipo de chica normal. Empezando desde no gustarle el helado de chocolate, pasando por no saber tocar ningún instrumento, terminando por no practicar ningún deporte.

Ella sabía que no era la persona más perfecta pero es que tampoco era la más cuerda. Llevaba unas cuántas sogas al cuello, y eso no veas como asustaba.

Su inconformismo le llevaba a pensar que la aceptarían como tal, porque sí, al principio gustaba pero después, todos se cansaban demasiado rápido.

Ella era todo ruinas, y un día, sería todo tierra.


Y entonces, desde ese día y desde todas sus rarezas ya supo que no era para él. Lo diferente gustaba, pero lo raro no. Y ella rozaba todas sus posibles anomalías.

lunes, 18 de agosto de 2014

Tres puntos suspensivos con cara de punto final.

¿Te pensabas que esta vez ibas a ganar? 
Ni que fuese tú propia guerra.
¿Te pensabas que iban a luchar en tu lugar? 
Ni que fuera su propia paz.

No busques hacerte a un lado, porque querida, 
ya estabas a un lado antes de formar parte. (Suponiendo que la formaras.)

Para romper un corazón roto siempre hay tiempo. Para ir con cuidado de no pisar sus grietas y recomponerlo, no. ¿Crees que alguien va a pararse a recomponer un desastre que no le perteneces?

No.
No.
No.
A todo el mundo le gusta la ciudad en ruinas, los corazones rotos, las personas caóticas...
pero viéndolas desde fuera.
Porque desde fuera es bonito, se pueden hacer buenas fotos.

Como los libros de buenas portadas y sinopsis bonitas que gusta ojear
pero que nadie se queda.

Como los semáforos de los recuerdos,
de nuestros besos, o esos momentos...
Como cruzar sin mirar por la impaciencia
de llegar a nuestros encuentros,
que ya no importa, no hay prisa, porque ya no estás.

Como esperar en un portal,
sudando por los nervios,
de besarte lento
y apetecerte una vez más.

Como todo eso que ya no existe, porque esta es guerra es mía
y ya no me quiero salvar.

Como esos tres puntos suspensivos de nuestra vida con cara de punto final.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Ella era su propio fantasma.

Quiero conocerla.

Quiero conocerla porque ella se tiene miedo a ella. Tiene miedo a que alguien, un día, rompa sus esquemas, y que además se quede para construirlos de nuevo.

Ella tiene miedo a ella en el espejo, porque le mira raro. Y a veces, hasta le sonríe. Ella nunca se rinde, aunque ya no haya más grietas que pisar, ni más corazón que pisotear. Ella quiere huir porque sabe que es la solución, pero prometió no irse. Y es lo que hacía, quedarse. En medio de sus sombras, haciéndose hueco entre el desastre, el desorden, el caos, sus demonios.

Ella quería estar para ella, y besar sus cicatrices. Porque hasta ahora nadie lo había hecho. Y ya no tenía quien le besase la clavícula, ni mordiera su cuello, ni le abrazara por la espalda, ni quien se desvelara para abrazar sus pesadillas.
Lo único que ella tenía, era una cama vacía y muchos sentimientos, a puntito de morir con ella.

Quiero conocerla, a ella y a mi. Ella es tan yo, y yo tan ella.

miércoles, 6 de agosto de 2014

A veces.

No soy tuya ni de nadie’.
A veces, tampoco mía.

Soy, por ejemplo, muy tuya;
de mis ganas
de nosotros,
de comerte 
con los ojos,
de callarte
con los labios,
de cruzar semáforos en rojo
por si me salvan,
de perderme
entre sábanas,
de susurrarte
entre orgasmos,
de bailarnos
en la lluvia,
de hacernos
con el aire,
de deshacernos
en la cama.

No sé, a veces también soy muy mía, 
y de las ganas que me tengas.

lunes, 30 de junio de 2014

Romper sobre roto.

Preferiría estar vacía,
sentir ahoga.

Eres capaz de llenar este caos de más desastre, hasta que nos reventemos.
Y esto es tóxico a la vez que bonito.

Si vas a ser huracán, arrasa con todo.
Desde los sentimientos hasta el alma, 
pero más grietas no.

Que grietas ya tengo en los labios, 
y queman.
Cicatrices en el corazón,
y escuecen.
Nudos en la garganta,
y ahogan.

No sé que fuimos, ni tampoco sé qué somos.
Lo único que sé, es que no seremos.

domingo, 4 de mayo de 2014

Ayer nos imaginé.

Ayer soñé
con las ganas.
Y despierta, por cierto.

Con las ganas de dormir contigo.
De despertarnos entre sueños.
De reirnos entre besos.
De besarnos entre abrazos.
De abrazos en silencio.
De la guerra entre almohadas.
De la guerra de cosquillas.
De hacernos la guerra, la paz y el amor.

De saciarnos la sed.
De dibujarnos entre líneas, 
tus besos y los míos.
De mutilar la necesidad.

De cometerte.
De comerte.
De descolocarte y enloquecer.
De estremecer.
De gemirte.
De sentirte.
De vivirte.
De follarte.
De quererte.

Ayer te soñé.
Y nos imaginé.

martes, 22 de abril de 2014

Hoy, mañana y, ese día:

Me he tomado el atrevimiento de escribirte en vida
y a medio sueño.
Que te sueño cada noche 
y te siento de más cada día.

Hoy sólo saco las alas de ida
y que me lleve el viento por dónde quiera.
Pero que me lleve contigo
y a tu cama.

Para comernos con la mirada.
Para follarnos con la boca.
Para sentirnos en cada aliento.
Para gemirnos en cada susurro.
Para vivirnos.

Para este latido. 
Relaja este pulso.
Besa estos labios.
Que mientras tanto
yo intento parar de temblar.

A punto de sobrevivir
vienes y me gimes.
A punto de matarme
me revives.
Te debo una vida
y mil noches más sin 'no dormir'.
Desenfreno, cerveza y un te quiero.

miércoles, 16 de abril de 2014

A mil latidos por kilómetro.

Me pones sextimental.
Me pones.

Escribirte sucio y
hacernoslo bonito.
Y lento.

Dibujar con mi dedo, 
tu recorrido.
Recorrer con mi lengua,
hasta tú último centímetro.

Piérdete 
entre mis susurros al oído.
Piérdeme 
entre gemidos.

Vamos a ser
quien se beba los vicios,
quien nos mate el miedo, 
quien ahogue las dudas,
y quién nos mude la piel.

domingo, 6 de abril de 2014

Desnud(arte).

Eres locura.
Quiero cometerte.
Y comerte, eso también.

Eres altura.
Y que vértigo.
Pero salto de lleno.

Eres vicio.
Eres exceso.
Y sexo, eso también.

Y quiero ser.
Y hacernos.

Si eres vida, quédate.
Si eres sueño, no me despiertes.
Si existes, ven.

sábado, 5 de abril de 2014

Te he hecho en sueños, y me he deshecho en vida.

Ella estaba perdida. Tanto que no quería
encontrarse a si misma.

Asustada.
Con las ganas de llenar ese vacío o
romperlo por completo.
Y rota estaba, desde luego.
No le cabía un arañazo más en el pecho.

Iba en caminos tan rectos
y, derecha a tal precipicio,
que ansiaba girar.
Que si era cuestión de salvarse
entonces miraba hacia atrás.

Con todas las ganas de ser alguien
y no siendo nadie.
Con todas las ganas de fumarse
y se estaba esfumando.

Con todas las ganas de ti,
y siendo 'vosotros'.

Como siempre, con ganas
pero sin ellas.

sábado, 22 de marzo de 2014

He vuelto a escribir...

Sobrevivo por inercia.

No soy para  ti. Pero vamos,
ni para ti ni para nadie.

Y sobro.
Aquí, allí,
y hasta donde las piedras se rompen.

Atrayente corazón, siempre estás no debes.
O no quieren, eso también.

Camina o revienta.
Y yo más que reventar, me agrietaba.

Menudo puto drama.
Tú en mi mente. Tú en mi cama.
Soñaba.

Era bonito follarte en sueños.
Y hacerte el amor, eso también.

Y despertar.
Escribirte bonito, y pensarte sucio.
Y darte un beso, o dos.

domingo, 12 de enero de 2014

Ella. Sentía, pero no le gustaba.

Me toman por idiota, o por lo loca, qué sé yo.

Pero olvidaron que la locura ya yacía en ella, que se aferraba a esa cuerda, pero que esa cuerda ya no era nada.
Omitieron que no era quien abandonó las ganas de volar, sino que cayó desde tan alto que sus alas la abandonaron a ella.

Tampoco tuvieron en cuenta que estaba hecha de cicatrices, se construyó a prueba de balas y ahora ya sólo le quedaban trozitos desquebrajados de escudo humano.


Que no es tan malo ser de hielo, pero ella no sabe que hasta el alma más fría se puede romper. Y de romper quería hablar. Ella soñaba, soñaba con que rompieran sus esquemas... pero a lo que más se aproximaba era a romper, a volver a romper otra cicatriz, que dolía menos que volver a sanarla. Porque ya no dolía, ni quemaba... 
Y tan sólo estaba vacía. 
Hablo de ella y la herida. Hablo de que ya no sonreía, pero que no le costaba fingirla.



A pesar de todo, ella seguía siendo ella, y a ella eso le bastaba.