¡Disculpad mi osadía!


La fortaleza de la soledad.
'Ya sabes a lo que me refiero...medianoche, un camino frío y solitario en el bosque, la inquietante oscuridad y en ella un par de grandes ojos brillantes sobre un árbol muerto que la niebla abraza, desde allí se puede escuchar un tétrico y breve sonido grave antes de que un búho tome vuelo.'

miércoles, 13 de agosto de 2014

Ella era su propio fantasma.

Quiero conocerla.

Quiero conocerla porque ella se tiene miedo a ella. Tiene miedo a que alguien, un día, rompa sus esquemas, y que además se quede para construirlos de nuevo.

Ella tiene miedo a ella en el espejo, porque le mira raro. Y a veces, hasta le sonríe. Ella nunca se rinde, aunque ya no haya más grietas que pisar, ni más corazón que pisotear. Ella quiere huir porque sabe que es la solución, pero prometió no irse. Y es lo que hacía, quedarse. En medio de sus sombras, haciéndose hueco entre el desastre, el desorden, el caos, sus demonios.

Ella quería estar para ella, y besar sus cicatrices. Porque hasta ahora nadie lo había hecho. Y ya no tenía quien le besase la clavícula, ni mordiera su cuello, ni le abrazara por la espalda, ni quien se desvelara para abrazar sus pesadillas.
Lo único que ella tenía, era una cama vacía y muchos sentimientos, a puntito de morir con ella.

Quiero conocerla, a ella y a mi. Ella es tan yo, y yo tan ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario