‘No soy tuya ni de nadie’.
A veces, tampoco mía.
Soy, por ejemplo, muy tuya;
de mis ganas
de nosotros,
de comerte
con los ojos,
de callarte
con los labios,
de cruzar semáforos en rojo
por si me salvan,
de perderme
entre sábanas,
de susurrarte
entre orgasmos,
de bailarnos
en la lluvia,
de hacernos
con el aire,
de deshacernos
en la cama.
No sé, a veces también soy muy mía,
y de las ganas que me tengas.
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