¡Disculpad mi osadía!


La fortaleza de la soledad.
'Ya sabes a lo que me refiero...medianoche, un camino frío y solitario en el bosque, la inquietante oscuridad y en ella un par de grandes ojos brillantes sobre un árbol muerto que la niebla abraza, desde allí se puede escuchar un tétrico y breve sonido grave antes de que un búho tome vuelo.'

miércoles, 6 de agosto de 2014

A veces.

No soy tuya ni de nadie’.
A veces, tampoco mía.

Soy, por ejemplo, muy tuya;
de mis ganas
de nosotros,
de comerte 
con los ojos,
de callarte
con los labios,
de cruzar semáforos en rojo
por si me salvan,
de perderme
entre sábanas,
de susurrarte
entre orgasmos,
de bailarnos
en la lluvia,
de hacernos
con el aire,
de deshacernos
en la cama.

No sé, a veces también soy muy mía, 
y de las ganas que me tengas.

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