Ella estaba perdida. Tanto que no quería
encontrarse a si misma.
Asustada.
Con las ganas de llenar ese vacío o
romperlo por completo.
Y rota estaba, desde luego.
No le cabía un arañazo más en el pecho.
Iba en caminos tan rectos
y, derecha a tal precipicio,
que ansiaba girar.
Que si era cuestión de salvarse
entonces miraba hacia atrás.
Con todas las ganas de ser alguien
y no siendo nadie.
Con todas las ganas de fumarse
y se estaba esfumando.
Con todas las ganas de ti,
y siendo 'vosotros'.
Como siempre, con ganas
pero sin ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario