¡Disculpad mi osadía!


La fortaleza de la soledad.
'Ya sabes a lo que me refiero...medianoche, un camino frío y solitario en el bosque, la inquietante oscuridad y en ella un par de grandes ojos brillantes sobre un árbol muerto que la niebla abraza, desde allí se puede escuchar un tétrico y breve sonido grave antes de que un búho tome vuelo.'

sábado, 5 de abril de 2014

Te he hecho en sueños, y me he deshecho en vida.

Ella estaba perdida. Tanto que no quería
encontrarse a si misma.

Asustada.
Con las ganas de llenar ese vacío o
romperlo por completo.
Y rota estaba, desde luego.
No le cabía un arañazo más en el pecho.

Iba en caminos tan rectos
y, derecha a tal precipicio,
que ansiaba girar.
Que si era cuestión de salvarse
entonces miraba hacia atrás.

Con todas las ganas de ser alguien
y no siendo nadie.
Con todas las ganas de fumarse
y se estaba esfumando.

Con todas las ganas de ti,
y siendo 'vosotros'.

Como siempre, con ganas
pero sin ellas.

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